Radiactividad Natural

De Construmatica

cat.: radioactivitat natural f.; eng.: natural radioactivity.

Definición

  • f. Radiactividad presente en la naturaleza sin intervención del hombre.

Descripción Ampliada

n 1986La radiactividad natural fue descubierta e

  • Materiales radiactivos existentes en la Tierra desde su formación, llamados materiales primigenios
  • Materiales radiactivos generados por la interacción de los rayos cósmicos con los materiales de la Tierra que en su origen no eran radiactivos, llamados materiales cosmogénicos.

Además de los rayos cósmicos provenientes del espacio exterior, las radiaciones emitidas por estos materiales son las responsables de la mayoría de las dosis recibidas por las personas en el mundo.

El resto de las radiaciones radiactivas son emitidas en general por las prácticas médicas que emplean radiaciones para diagnósticos y tratamientos (diagnóstico por imágenes por rayos X, TAC, bomba de cesio, bomba de cobalto, etc.).

La cantidad media soportada por un ser humano es de 2.4 mSv.

De las radiaciones ionizantes naturales (incluidos los rayos cósmicos), el gas radón es el que produce la mitad de la dosis que reciben las personas.

La Radiactividad Natural y la Bioconstrucción

La radiactividad natural es a veces poco pubta

en cuenta para la bioconstrucción. En la búsqueda de un hábitat más sano y en contacto con la naturaleza, podemos dejar de lado un tema muy importante a la hora de construir en forma sostenible.   

El adobe por ejemplo, es un material natural idóneo para construir una casa sana, pero esto no es siempre cierto. El uso de la tierra como material constructivo tiene muchas ventajas, la casa de adobe es bioclimática, posee una vida útil muy larga y se integra en el paisaje, además es económica y es sostenible.

Pero, para garantizar nuestra salud, conviene analizar con que tierras vamos a construir nuestra casa, sobre todo si edificaremos sobre un terreno alejado en un área remota, lejos de un centro urbano.

En la Tierra, en cierto grado, toda la corteza posee cierto nivel de radiactividad, y ésta no es inocua; cualquier incremento de radiactividad por sobre la radiación natural de fondo natural, tiene potenciales efectos genotóxicos, esto quiere decir que afecta al ADN, reduce las defensas del sistema inmunitario, deteriora el patrimonio genético de la vida y puede detonar cánceres.

En una zona donde no hay datos de la radiactividad natural del terreno, al realizar los estudios geotécnicos, sería conveniente el empleo de un monitor de radiación nuclear tipo Radalert, técnicamente llamado contador Geiger-Müller.

Valiéndonos simplemente de la observación y el sentido común podemos estudiar la salud de las personas mayores residentes en la zona. Cuando la media de la población es activa y optimista, goza de buena salud y es longeva, podemos deducir a priori que esa zona posee un entorno natural sano.

Pero si vemos problemas en la salud de las personas, en general, despoblación de la zona, o que la gente del lugar tiene gran tendencia a emigrar, debemos analizar si se debe a una tierra muy dura, con un subsuelo geológico de roca cristalina con alto contenido de minerales radiactivos, por lo general cuarcitas o granito, ricos en torio y uranio.

También debemos analizar las técnicas constructivas locales y los materiales de construcción usados habitualmente en la zona.

La observación del manto vegetal de la zona también nos proporciona datos sobre la calidad del suelo, la abundancia de malas hierbas o de vegetales hirsutos y achaparrados puede ser un aviso a tener en cuenta. En cambio una abundante vegetación verde y fértil, difícilmente será muy radiactiva, aunque no debe descartarse un estudio geobiológico del subsuelo para garantizar que no exista ninguna otra anomalía, como las corrientes de agua subterráneas.

El contador Geiger sirve para verificar que no haya radiactividad , debemos saber que las rocas y tierras naturales tienen una gama muy amplia de niveles de radiación nuclear (alfa, beta, gamma). Se recomienda el uso del contador Geiger también en los áridos (gravas y arenas) empleados en morteros y hormigones y evitar el uso de pizarras de alumbre, escorias de silicato o desechos de la minería de uranio.

No existe realmente un nivel de radiación normal, en una misma zona puede haber grandes variaciones, eso depende de la roca dominante en el subsuelo, y en general son más radiactivas las montañas que los valles o las costas. Además, la radiactividad cósmica (que procede del espacio exterior y del sol), aumenta en las altas montañas. Algunos sitios en particular como ciertas montañas son lugares definidos como sagrados, precisamente por su alta radiación.

El nivel de radiación natural de las rocas puede variar mucho, desde las cretas, con 30-40 mR/año, las calizas, con 70-90 mR/año, hasta la piedra pómez o ciertos granitos, que pueden pasar de 250 mR/año. Y en lugares singulares, sobre yacimientos de minerales radiactivos, la radiactividad ambiental natural puede superar los 1.000 mR/año y sin embargo ciertos nativos del Brasil viven en ese ambiente, perfectamente adaptados a su entorno durante miles de generaciones.

A fin de valorar la salubridad del sitio, el nivel de radiación total de la casa (sótano, materiales empleados, ambiente) debe compararse con el nivel de radiación de fondo natural de cada comarca, al que los nativos de la zona están adaptados por generaciones, pero que puede ser fatal para los recién llegados de otras regiones o ciudades.

La radiactividad en el interior de la vivienda puede originarse por las emanaciones del gas Radón, generalmente procedente del subsuelo montañoso, que por mala ventilación se acumula triplicando la radiación natural dentro del ambiente.

Algunos materiales de construcción como los esmaltes o el gres monococción son altamente radiactivos. Aunque también podemos introducir un alto nivel de radiación con el uso de cementos y de yesos artificiales que pueden tener en su composición elementos muy radiactivos (por ejemplo las fosfogisginas).

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