Selección de Equipos de Protección en Trabajos con Amianto

De Construmatica

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El RD 396/2006 introduce nuevos criterios de prevención en los trabajos de exposición al amianto. Aunque la comercialización y utilización está prohibida en España desde 1984, todavía podemos encontrar este material en operaciones de retirada, eliminación y mantenimiento de instalaciones donde existe amianto o materiales que lo contengan.


¿Cómo podemos minimizar la exposición del trabajador a este material cuando las medidas de prevención colectivas no son suficientes?

Introducción

El término amianto (castellano) o asbesto (inglés) procede del griego y significa indestructible o inextinguible, haciendo referencia a las propiedades de esta fibra mineral constituida por silicatos complejos de hierro, aluminio y magnesio principalmente.

Esta familia de minerales metamórficos y fibrosos tiene una gran resistencia térmica y mecánica, buena resistencia a los ácidos y a los álcalis, al paso de la electricidad, a los microorganismos y gran durabilidad.

Su uso ha sido enorme a lo largo del siglo XX debido a sus cualidades en multitud de aplicaciones (más de 3.600) en diferentes sectores de la industria y a su bajo precio. Se extrae de minas a cielo abierto localizadas por todo el mundo.

Está formado por fibras flexibles muy finas de 1 micra de diámetro. Entre sus variedades de origen natural encontramos: Serpentina, que incluye el crisolito. Anfíboles, que comprende la amosita (marrón), crocidolita (azul), antofilita, tremolita y actinolita. Sin embargo, el amianto es una sustancia clasificada como tóxica y cancerígena de categoría 1 (Frases de riesgo asignadas R45, R48/23 de acuerdo con la legislación europea).

Entre el grupo de enfermedades causadas por exposición al amianto se incluyen la asbestosis, el cáncer de pulmón y el mesioteloma (cáncer del recubrimiento de los pulmones o pleura). Aunque en la actualidad está prohibida la comercialización y uso del amianto, -según la Directiva 1999/77/CE transpuesta al derecho español por la Orden Ministerial de 7 de diciembre de 2001- la exposición a este contaminante continúa en los procesos de inspección, retirada, demolición, mantenimiento o reparación de aquellas instalaciones o equipos que lo contengan en cualquiera de sus variedades.

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Legislación aplicable

El RD 396/2006, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de amianto añade nuevos requisitos y valores límite de exposición.

A efectos de este RD se entiende por fibras de amianto o asbestos aquellas partículas de esta materia en cualquiera de sus variedades, cuya longitud sea superior a 5 micrómetros, su diámetro inferior a 3 micrómetros y la relación longitud/diámetro superior a 3.

En el antiguo Reglamento de trabajos con riesgo de amianto- aprobado por la Orden Ministerial del 31 de octubre de 1984- se establecían diferentes límites para el crisotilo (0.6 fibras/cm3) y para el resto de las formas de amianto (0.3 fibras/cm3).

Actualmente y gracias al nuevo RD 396/2006 este límite de exposición se ha unificado para todas las formas de amianto y ha experimentado una notable disminución:

Valor Límite Ambiental (referido a 8 horas/día y 40 horas/semana)= 0.1 fibras/cm3

El artículo 5 de este RD 396/2006 hace referencia a la obligatoriedad de la realización de una Evaluación de Riesgos que incluya la medición de la concentración de fibras de amianto en el lugar de trabajo y la repetición de dichas evaluaciones de forma periódica o siempre que se varíen las condiciones de la evaluación inicial.

Esta evaluación debe ser realizada por personal cualificado para el desempeño de las funciones de nivel superior y especialización en Higiene Industrial.

Equipos de protección individual para trabajos con amianto

En línea con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cada trabajo requiere una evaluación de riesgos específica en la que se cuantifique el riesgo y las medidas de prevención que deban adoptarse. Lo ideal es optar por medidas de carácter colectivo, pero si éstas no son suficientes para reducir los niveles de exposición por debajo de los límites tolerados, habrá que recurrir como complemento a los equipos de protección individual.

Los equipos de protección individual destinados a operaciones con amianto deben estar orientados a evitar la inhalación de fibras y también evitar la diseminación de dichas fibras causando una inhalación posterior (exposición secundaria). Por tanto, además de protección respiratoria deben usarse también ropa de trabajo, guantes y protección ocular si es necesario.

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Equipos de protección respiratoria

Los equipos de protección respiratoria son todos ellos EPIs de Categoría III por lo que podemos exigir la Declaración de Conformidad al fabricante en la que se detallará información sobre el organismo que ha realizado el examen CE de tipo, la Norma Europea que cumple y categoría dentro de esa norma -o las especificaciones técnicas del equipo en su defecto-, además del organismo que realiza el control de calidad.

La selección de uno u otro equipo depende de varios factores:

El primero y más importante es que establezca el suficiente nivel de protección que viene definido por el Factor de Protección Nominal.

El Factor de Protección Nominal nos indica la eficacia que tienen los equipos para aislar al usuario del entorno de trabajo. Dicha eficacia se expresa en términos de "fuga hacia el interior" (TIL) del contaminante ambiental, es decir la cantidad de contaminante que pasa a la zona de respiración del usuario. Debe seleccionar un equipo en el que la fuga hacia el interior impida exceder el valor límite de exposición al contaminante dentro del equipo.

A partir del porcentaje de fuga hacia el interior se puede calcular el Factor de Protección Nominal de la forma siguiente


FPN= 100 / TIL (%)máx

Niveles de exposición

La concentración de fibras de amianto debe medirse periódicamente, en los lugares de trabajo en los que exista riesgo de exposición, para garantizar que se respetan los valores límites ambientales. Si se producen cambios en los procesos o en las prácticas de trabajo, las mediciones deben repetirse.

En ocasiones sucede que técnicamente no es posible realizar las mediciones de antemano como ocurre en actividades de desamiantado o desguaces. En tal caso tendremos que seleccionar el equipo en base a nuestra evaluación del riesgo, aunque no hayamos cuantificado la exposición, y una vez tengamos los resultados confirmar que el equipo de protección es el adecuado.

En este caso podríamos hablar de diferentes niveles de exposición:

Trabajos de eliminación /retirada de amianto con exposición prácticamente continuada

  • Retirada de amianto seco o húmedo
  • Actividades periféricas realizadas por otras personas que realizan trabajos alrededor de la zona de retirada de amianto y que presenten unos niveles ambientales similares a los que se encuentran en la misma zona de trabajo.

Exposición frecuente y continuada a atmósferas conteniendo amianto

  • Exposición superior a 4 horas diarias.
  • Exposición en industrias donde se procesa amianto o en obras de construcción/ reformas.

Exposición poco frecuente, o de corta duración, a niveles bajos de amianto

  • Exposición semanal inferior a 4 horas.
  • Áreas donde puede haber amianto residual.
  • Manipulación de productos con amianto no desmenuzable.
  • Trabajos de inspección.
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Estos niveles de exposición son una guía orientativa, la selección de los equipos de protección respiratoria siempre debe estar basada en la evaluación higiénica de cada uno de los puestos de trabajo realizada por el Técnico de Prevención de la empresa.

Otros factores a destacar para la selección de los equipos de protección respiratoria adecuados son las características faciales del usuario, como tamaño y forma de la cara, barba que dificulte el ajuste, etc.; el ritmo y ambiente de trabajo; el tiempo de uso de los equipos de protección; compatibilidad con otros equipos de protección y visibilidad, movilidad y capacidad de comunicación del usuario durante la utilización de los equipos.

Es preferible que la protección respiratoria sea desechable o, en caso de que sea reutilizable, debe poder descontaminarse de forma sencilla, por ejemplo pasando por una ducha de descontaminación y mediante una limpieza posterior según indique el fabricante.

Selección de equipos de protección respiratoria

Podemos utilizar equipos filtrantes para partículas o bien equipos de suministro de aire, seleccionando unos u otros en base a las evaluaciones higiénicas o en su defecto a los niveles orientativos comentados anteriormente:

Si se utilizan equipos de protección respiratoria filtrantes, deben tener la mayor eficacia de filtración. Esto se debe a las propiedades cancerígenas del amianto, que nos obligan a reducir al máximo el número de partículas que podrían pasar al interior del equipo.

Mascarillas autofiltrantes para partículas

La categoría FFP3 es la recomendada para trabajos con amianto puesto que corresponde a la máxima eficacia de filtración. Estos equipos se recomiendan en el caso de exposiciones poco frecuentes, teniendo siempre en cuenta que hay que asegurar un buen ajuste del equipo para obtener el nivel de protección requerido.

La ventaja de las mascarillas autofiltrantes es que son de un solo uso y pueden desecharse al finalizar el turno de trabajo. De esta forma los procedimientos de descontaminación son más sencillos.

Piezas faciales con filtros acoplados

Las piezas faciales pueden ser de media máscara o máscara completa. Estas máscaras utilizadas junto con filtros P3 que ofrecen la eficacia de filtración más alta para estos equipos.

Este tipo de protección al igual que en el anterior caso se recomiendan en el caso de exposiciones poco frecuentes, teniendo siempre en cuenta que hay que asegurar un buen ajuste del equipo para obtener el nivel de protección requerido.

Equipo motorizado con filtros de particulas/suministro de aire

Estos equipos son los más adecuados y ergonómicos para trabajos de exposición frecuente y continuada al amianto o que requieren un esfuerzo físico medio/alto dado que facilitan la respiración al trabajador al proporcionar aire fresco y limpio directamente al usuario.

Otra ventaja de estos equipos frente a los de presión negativa es que no dependen del ajuste a la cara del usuario para alcanzar el nivel de protección requerido.

Para facilitar el procedimiento de descontaminación se recomiendan capuchas de tipo desechable y en caso de exposiciones a niveles altos de amianto en ambiente se recomiendan capuchas con costuras selladas.

Equipo filtrante motorizado con máscara completa

Este equipo es el adecuado para exposición prácticamente continuada, como trabajos de retirada o eliminación de amianto.

Permite que el usuario pase directamente por una ducha de descontaminación después del trabajo.

Ropa de protección

Las partículas o fibras de amianto presentes en el ambiente pueden penetrar a través de las prendas y llegar hasta la piel del usuario donde quedan adheridas y pueden ser inhaladas posteriormente.

Para minimizar esta posibilidad de "exposición secundaria" es necesario utilizar ropa de trabajo específica que ofrezcan la mayor resistencia posible frente a la entrada y adherencia de las fibras de amianto.

En el caso de la ropa de protección se recomienda la certificación de EPI de categoría III, aun así a la hora de seleccionar la ropa adecuada para trabajar con amianto, debe prestarse especial atención a la eficacia de barrera frente a partículas que ofrecen tanto los materiales de fabricación como la prenda en sí, así como el grado de resistencia y comodidad.

Existe en el mercado ropa de protección adecuada para trabajos con amianto, se caracterizan por proporcionar resistencia frente a la penetración de partículas. Dentro de la clasificación de ropa de protección contra contaminantes químicos según las normas europeas, para el amianto se aconseja los de tipo 5 "Protección frente a partículas" y tipo 4 "Protección frente a líquidos y sprays (pulverizaciones)" según el nivel de exposición.

La posibilidad de que las fibras de amianto se introduzcan o queden atrapadas en la estructura del tejido hace necesario que el material desprenda pocas fibras y esté formado por poros de pequeño tamaño. Esto se consigue a través de estructuras tejido o por varias capas superpuestas que consiguen una alta eficacia de protección frente a partículas.

Otro factor importante a la hora de la selección de la ropa de protección es la comodidad del usuario, sobre todo cuando se realizan trabajos continuados y que requieran esfuerzo físico medio o alto.

Una de las características que hacen más confortables las prendas para el usuario es la capacidad de transpiración del material a la vez que se asegura la protección necesaria. Es necesario por tanto buscar el perfecto equilibrio entre la tarea, el nivel de riesgo y la transpirabilidad de la prenda.

Otras características a considerar durante la selección de la ropa de protección:

  • Preferiblemente desechable.
  • Con buena resistencia al desgarro dependiendo del trabajo que vaya a realizar.
  • Con tobillos y puños cerrados y previstos de capucha.
  • Ligera y transpirable para mayor comodidad del usuario.
  • Puede llevar costuras selladas para impedir que las fibras penetren por las perforaciones del cosido, especialmente importante para altos niveles de exposición.
  • Puede llevar solapa autoadhesiva cubre cremallera para mayor protección de esta zona a la entrada de fibras.
  • Tratamiento antiestático y una superficie lisa de forma que las fibras que se encuentren en el ambiente no sean atraídas o se depositen sobre la superficie del mono.
  • La utilización de cubrecalzado sobre todo para exposiciones frecuentes o continuadas.
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Otros equipos de protección

Nunca debemos dejar aparte otras posibles entradas del contaminante al organismo aunque las vías principales estén protegidas, por lo tanto, acompañando a los equipos de protección de las vías respiratorias y la ropa de protección hemos de tener en cuenta:

  • Protección de las manos, mediante el uso de guantes adecuados desechables o de fácil descontaminación.
  • Protección ocular, para aquellos casos que los equipos anteriores no cubran ya esta protección, como es el caso de las mascarillas o de las piezas buconasales, se recomienda el uso de gafas panorámicas con protección frente a la entrada de partículas de polvo finas.
  • Después de cada uso estos equipos deben ser descontaminados.
  • Puede ser necesario un sellado adicional con cinta adhesiva en ciertas zonas tales como tobillos, muñecas, etc. para asegurar la protección del usuario.

Conclusiones

Los equipos de protección deben ser la última solución a la exposición de los trabajadores al amianto, cuando el resto de medidas resultan insuficientes para garantizar la seguridad del trabajador.

A pesar de lo anterior, según dice el RD 396/2006 "Aun cuando no se sobrepase el indicado valor límite, el empresario pondrá equipos de protección respiratoria a disposición de aquel trabajador que así lo solicite expresamente".

Cuando seleccionemos el equipo de protección respiratoria adecuado a la tarea hemos de recordar que la clasificación del amianto como cancerígeno nos obliga a reducir al máximo el porcentaje de fibras que puedan pasar al interior y optar como mínimo por mascarillas de alta eficacia tipo FFP3 o filtros P3.

A partir de aquí y en función de los niveles de exposición del trabajador debemos seleccionar el equipo de protección respiratoria adecuado.

No debemos olvidar el resto de vías de entrada del amianto a nuestro organismo, teniendo en cuenta el uso de ropa de protección, guantes y protección ocular en caso necesario. Una prenda bien adaptada, combinada con EPI adicional compatible, puede suponer la diferencia entre un usuario bien protegido y un usuario mal protegido.

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